CLAROSCURO
La verdadera mente Alejandro de Anda
“Todo hombre tiene su precio. Lo que hace falta…es saber cuál es” José Fouché. El genio tenebroso.
LO CLARO. Los ‘usos y costumbres’ de la democracia, permitían que las autoridades elegidas por la soberanía –hablamos concretamente del poder ejecutivo en cualquiera de sus órdenes: municipal, estatal y federal- tuvieran el poder subjetivo de nombrar a sus colaboradores, de manera autónoma.
Es decir; la contraloría –organismo que le auditaría-; la seguridad pública; los jueces municipales y otras amenidades, por el simple poder del encargo se le permitía el facultar a quien considerase apto para la función.
Y vemos resultados, como el encargado de la trasparencia gubernamental que tuvo qué decir que “no había conflicto de intereses en la compra de bienes raíces”, hablando de casos que usted conoce bien.
Por cuestiones como esas, la sociedad civil se manifiesta en favor de dar la autonomía necesaria a los órganos encargados de vigilar la aplicación conducente de los recursos públicos en cualquier orden y demás funciones que vigilen las conductas de los servidores del pueblo.
Coparmex hizo un pronunciamiento en este sentido; llamando a la honorabilidad en el proceso de selección de aquellos que integrarán los próximos encargos del Sistema Nacional Anticorrupción SNA.
La práctica cotidiana, daba por hecho que los órganos de trasparencia, eran puestos políticos, escogidos precisamente en aras de favorecer las posiciones públicas de los partidos políticos y sus intereses particulares.
Magistrados electorales, Procurador general de la república, Secretario de la Función Pública y el Fiscal del Combate a la corrupción, serán observados su designación y su proceder… con lupa. Por los ciudadanos.
El cuerpo legislativo local tamaulipeco, que entrará en funciones el próximo 1 de octubre, manifestó en su totalidad, su asentimiento sobre el particular.
¡Que así sea!
LO OSCURO. Luis Echeverría, en la cumbre de su mandato presidencial, acudió ante la ONU y proclamó ante las naciones presentes, un discurso que calaría hondo en el mundo económico. En favor de promover la ayuda en bloque a los países emergentes y propiciar el desarrollo conjunto del orbe, su Carta de Derechos y Deberes Económicos de los Estados le convirtió en el ‘paladín de la economía de los países más necesitados’ en aquel entonces, eran aún más que hoy.
Muchos años antes, en la muy nueva nación soberana mexicana de Benito Juárez, tenía efecto la promulgación de las llamadas Leyes de Reforma.
El objeto central de aquellas, era lograr la separación Iglesia-Estado. Tema que le mereció el acérrimo odio eclesiástico al mandatario, pues significaba en palabras llanas el que la educación no estuviese en control de la iglesia; ni mucho menos el registro civil y catastral de bienes del pueblo.
Ahora, el punto.
El primer relato, sobre el Presidente Echeverría. El autor de la Carta no fue otro que Porfirio Muñoz Ledo –hoy perredista, al parecer-. El entonces muy joven idealista, acaso era reconvenido en que su apuesta en su futuro político, quizá le alcanzaría para sucederlo. Cosa que no pasó.
El segundo caso –y primero en cronología histórica-, tampoco fue Juárez su creador. El asunto era una conjugación de doctrinas e idearios que tenían como fundamentación, la Ley Lerdo (en honor al prócer) que incluían una Ley de Obvenciones parroquiales y una de Desamortización de Fincas.
El resultado, es el descrito. En la actualidad hacemos lo conducente para repetir la historia.
La reforma energética, fue impulsada en mayor medida por Felipe Calderón desde su encargo en la secretaría de Energía y en su mandato presidencial; pero con origen en la administración de Carlos Salinas de Gortari, quien se lamentaba de ‘haberle faltado tiempo’ para alcanzar los consensos y su virtual encausamiento energético. Su súper asesor Joseph Córdova Montoya, opinaba igual.
No es una defensa de la persona. Antes mejor, darles el mérito o la condena a los autores reales de las once reformas y del devenir económico de nuestro afligido país.
COLOFON. Cuando dije “Sí, acepto”, no me llegan a la memoria recuerdos al respecto. Sin embargo, los asistentes aseveran que lo repetí como 4 veces. Con voz mucho más delgada de lo usual. Por cierto, mi mujer es ventrílocua.
@deandaalejandro
alejandrodeanda 