CLAROSCURO
Más recursos a jóvenes Alejandro de Anda
“Ser un emprendedor, es vivir unos pocos años de tu vida como nadie quiere; de tal forma que puedes disfrutar de tu vida…como nadie puede” Anónimo.
LO CLARO. Acaso uno de los organismos públicos que más confianza y certidumbre genera en la población, es precisamente el árbitro electoral INE.
Además de ser el garante de la identidad individual de cada mexicano mayor de edad (la credencial DE VOTAR es la mayormente aceptada como identificación oficial), también el hecho de ser una entidad vigilada y administrada por ciudadanos, le significa el no confundir al organismo con la rancia burocracia del servicio público en general.
Ahora bien, el arbitraje de las elecciones a puestos públicos, le compete precisamente al ‘antes IFE’. Pero también nos compromete al ciudadano común –de a pie- a ser proactivos en la defensa de nuestro sufragio.
El vocal ejecutivo de Tamaulipas Arturo de León, (será el mismo tenor en el espectro nacional) anuncia el cierre del registro de los observadores electorales.
Aquellos individuos, que deseen ser protagonistas de la certeza y fe pública del desarrollo de los comicios.
No sólo somos ‘dueños de nuestro voto’; también debemos participar en su celoso proceso de adjudicación a los candidatos y los partidos.
En Tamaulipas los observadores electorales y la población en general, estaremos atentos al riguroso cuidado de los 2 millones 497 mil 982 individuos inscritos (más individuas que individuos) en la lista nominal.
LO CLAROSCURO. En un foro político recién efectuado, un panelista le pregunta al candidato a una diputación “¿qué se debe hacer para estimular al crecimiento económico de la entidad y del país; partiendo del hecho de que hay poco apoyo a jóvenes?”.
El candidato externó su punto de vista y aportó mejoras en la vinculación de los egresados de carreras -y los que no pudieron realizar las mismas- con el sector productivo; con estímulos fiscales a la ceración del primer empleo.
La nota, la traemos a colación por la importancia implícita del cuestionamiento.
El 12 de agosto, se estableció como “Día Internacional del la Juventud” ONU.
Y sólo en nuestro país, el espectro poblacional lo comprenden 38 millones de jóvenes entre 12 y 29 años de edad. La mitad de este ente poblacional, se encuentra distribuido en sólo 8 estados de la república.
El 60% de los jóvenes que egresan de sus carreras profesionales, no aplican en el área de su competencia ni se dedican a su formación académica.
Y el pensamiento generalizado es que al concluir su instrucción, saltarán al mercado laboral a emplearse. La gran mayoría considera el hecho, como el paso obligado de su carrera a la vida productiva.
Y es ahí donde el entorno económico juega un papel importante en la orientación de este gran capital humano, que proviene de las aulas con la capacidad de aprendizaje y desarrollo, mejor que una esponja.
Los esfuerzos que la autorizada constituida realiza para impulsar a este enorme conglomerado humano, se limitan a recursos que acaso parecieran ser ‘simulación’ en el estimulo de generar más emprendedores.
8 mil 900 millones de pesos por año, contempla el Instituto Nacional del Emprendedor para garantizar una bolsa NACIONAL que aplique a recursos productivos a jóvenes emprendedores.
Si tal cifra, los distribuyese por igual –para ser democráticos- entre el panorama de jóvenes en México, significaría que cada uno tiene derecho a emplear 225 pesos para desarrollar un proyecto emprendedor.
Es entendible que la baja del precio del petróleo, obligue a tomar medidas de pánico en el presupuesto de egresos de la federación y el recorte obvio a proyectos y programas no prioritarios.
Pero también parece que no entendemos que la mejor manera de sanar nuestra precaria economía y mejorar las condiciones de subempleo en general en nuestro país, será sólo a través de los jóvenes.
Un presupuesto que antes que considerar esa cifra, se debiera incrementar.
Sí, es bueno el otorgar beneficios fiscales a quienes generen nuevas plazas laborales y más si es para jóvenes. Pero más importante, es detonar la creatividad y empuje de estos, de modo tal, que la recompensa de ver cómo crece la economía del entorno, nos permita repartir la carga de generar riqueza.
COLOFÓN: Ya no encajo en el rango de edad juvenil. Al abrir mi agenda telefónica, la mayor parte de los nombres anotados… comienzan con “dr.”
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