CLAROSCURO
“Pasajeros con destino…” Alejandro de Anda
En una gran pared, se leía el grafiti “Haz el amor, no la guerra” y un poco más abajo –con otro color de spray- “hago las dos cosas… llevo 20 años de casado”. Cosas que uno ve, andando de turista.
LO CLARO. El poeta Sergio Witz, el cantante Luis Miguel; la mexicana Paulina Rubio; la norteamericana Miley Cirus, han sido amonestados en su tiempo, por el uso inadecuado de lo que los mexicanos consideramos el mayor símbolo de nuestra identidad: la bandera nacional.
Quienes toman el juramento de las fuerzas castrenses –concretamente el Colegio Militar-; en su entrada a las filas, les es dada la mayor instrucción: “Su madre, es la bandera; su padre, la Patria”.
Y en ese criterio, conmemorando el día de enaltecer la estima que representa el lábaro, el mandatario de Tamaulipas Egidio Torre hizo hincapié en el amor y respeto a la bandera que veneran los tamaulipecos; al mismo tiempo que honramos al heroísmo de hombres y mujeres que ofrecieron su vida para darnos la soberanía y un México independiente.
LO CLAROSCURO. Sí. Seguimos preocupados.
La gran vastedad de mexicanos que conformamos los 90 millones de personas que nos etiquetamos como ‘clase media’, estamos en la zozobra de las estrategias económicas que impulsarán tanto el gobierno como el sector productivo, en aras de repuntar la crisis que amenaza el desenvolvimiento del presente año y de los que vienen.
Según el INEGI, existen en el país 31.5 millones de hogares. Y los ingresos corrientes de la gran mayoría –por hogar- estiman una cantidad de $ 12,708 pesos mensuales, entre todos los integrantes de cada casa.
Sólo el 1% de los hogares más ricos, concentra el 8.7% del total de ingresos corrientes de todo México. Así los contrastes.
Y abundan los números: la decisión prioritaria de aplicar el recurso obtenido –en su hogar y en el mío- se destina a la alimentación. Y proporcionalmente al ingreso, las necesidades básicas siempre dejan saldos en contra –deudas- que no alcanzan a subsanar las entradas de la familia.
Ahora, ¿qué estrategias vemos?
La Secretaria de Relaciones Exteriores, Claudia Ruiz Massieu hizo importantes puntualizaciones; para desde su perspectiva, contribuir a fortalecer la resquebrajada economía nacional.
La Ministra (abogada, política, ex secretaria de turismo) ha tenido de manera particular, la extraordinaria oportunidad de ser formada con instrucción de primera. Y es motivada quizá por su óptica del mundo, que ha impulsado desde su trinchera la conectividad de nuestro país, en aras de lograr ese despegue.
“Acuerdos para mejorar la conectividad aérea, destacando el futuro establecimiento del vuelo de pasajeros Dubái-México” publicaría en redes sociales el logro, la canciller mexicana.
El vuelo por KLM, cuesta $ 2,782 U.S. dólares. Por Air France, $3,255 USD.
Y mientras Ebrard propalaba a los cuatro vientos, las playas con arena real, instaladas en su regencia para deleite de los antes defeños, ahora “quien-sabe-como-se-llaman”; ¿Será esta una estrategia adecuada para solventar el gran turismo mexicano a Dubái?
¿Los podremos adquirir con la tarjeta ‘sin hambre’?
Quizá fue la buena intención de la funcionaria, el generar canales de comunicación con los ricos árabes –desde 1975 un presidente mexicano no visitaba de manera oficial aquellas tierras- y procurar la atracción de inversionistas.
Pero al modo de ver de un pueblo necesitado y carente de eficaces herramientas anti-pobreza, resulta por demás inocente e inalcanzable para los 90 millones de mexicanos que podrían leer la nota.
Será tal vez un viaje de rutina dentro de la familia Salinas y haya sido audaz la primicia de la hija de José francisco Ruiz Massieu, que también aspira a convertirse en una opción más en la baraja sucesoria del jefe de la nación en 2018.
Aún así… esperemos ver lleno el vuelo en Semana Santa.
COLOFON. Si para ir a Acapulco, los defeños empeñan hasta la suegra. ¿Cuántas suegras se ocupan para viajar a Dubái? Pancho Villa tuvo cien…
@deandaalejandro