CLAROSCURO
“Tengo un sueño…” Alejandro de Anda
“Sueño que mis cuatro hijos pequeños vivirán un día en una nación donde no serán juzgados por el color de su piel” M. Luther King.
LO CLARO. Independencia real, de libertad de cátedra, de autodeterminación y financiera. Es la premisa que consiguen las universidades en el concepto de ‘autonomía’.
La posibilidad de formar profesionistas, de acuerdo a los parámetros de investigación, de compenetración libre con la sociedad sin el albedrío del Estado como principal rector, es la base fundamental de la independencia.
En México, la universidad pública logró su autonomía llamándose a sí misma Universidad Libre allá por 1875; en el gobierno de Sebastián Lerdo de Tejada.
El entonces Secretario de Educación Pública, Justo Sierra, les daba una proclama a los jóvenes “Los fundadores de la Universidad de antaño decían ‘la verdad está definida, enseñadla’. Nosotros decimos a los universitarios de hoy ‘la verdad se va definiendo, ¡buscadla!’.
En las entidades, como Tamaulipas, resalta la magnificación de la autonomía universitaria. La Universidad Autónoma de Tamaulipas llega a sus primeros 49 años y hace valer el logro en la preparación y excelencia de sus egresados y de sus estudiantes.
Su responsabilidad es ser engrane de la productividad y del impulso a los valores en conjunto con la sociedad.
LO CLAROSCURO. En 1986, en los Estados Unidos residían al menos 2.7 millones de migrantes legales –a quienes se les habría obsequiado su ‘green card’-, que habían recibido la amnistía gubernamental, impulsada por los Reagan.
Casi la mitad de éstos, para 2009 consiguieron su naturalización en aquél país. El fin de semana recién transcurrido, falleció Nancy Reagan. Y miles de centroamericanos, sudamericanos y latinos en general, comparten la pena de la familia de quien dicen, junto al presidente ‘Ronnie’ impulsaron los derechos de los migrantes.
En contraparte, la animadversión que provoca la lucha del poder con la bandera del segregacionismo nos hace repensar si verdaderamente es necesaria la construcción del muro que promueve Trump.
En alguna ocasión el mismo Martin Luther King aceptaba que su lucha racial, tenía como objeto la separación absoluta de la raza negra, de la blanca. Que existiera entonces, un ‘estado afroamericano’.
Y ése ‘I have a dream’ (tengo un sueño) que encabezaba incendiariamente el doctor King, nos replantea sobre qué tan necesarios somos para los vecinos y viceversa. Como para darle la razón a Trump o no.
Dejando de lado el gran movimiento económico de mano de obra que le significa al vecino país, la presencia de nuestros paisanos en su territorio. De esto ya ha dado cuenta un sinnúmero de filmes y mejores plumas de opinión.
Sólo limitándonos a los actos ‘de buena vecindad’.
El intercambio comercial de los norteamericanos con el mundo, representa para su economía $ 1.42 billones de dólares en ventas. Sus principales destinos, son Canadá, luego ¡México! seguido de China, Japón y Alemania. E importan primero de China, Canadá, México, Japón y Alemania. En ese orden.
En el tramo de frontera de nuestros países, se mueven 500 mil millones de dólares por año –de ese 1.4 billón-, según informa la SCT.
300 mil vehículos diarios y arriba de un millón de personas que todos los días realizan las operaciones comerciales relacionadas.
Se acaba de realizar el primer cruce ferroviario en cien años y se consideraron importantes recursos federales para la modernización y ampliación de al menos siete puentes internacionales y un aeropuerto –Tijuana-.
Los Reagan, sabían la importancia de mantener una excelente vecindad.
El discurso político para ganar votos… no.
Y ya en plan de sueños… ¿qué pasaría si nosotros levantásemos el muro que sugiere Trump? ¿Quién pierde más?
COLOFON. La revista “Times”, en su portada le obsequia una frase descriptiva de la personalidad del magnate pre candidato Trump “matón, populista, aguafiestas, demagogo…”. Pues sin ver el nombre, en nuestro país ya estaríamos pensando para 2018, en ‘otro máj o menoj igual’.
@deandaalejandro
alejandrodeanda 