CLAROSCURO
La bula presidencial Alejandro de Anda
El punto G, es investigado en la anatomía humana por un ginecólogo alemán, del cual deriva su nombre: Ernst Gräfenberg. Es atribuible a la región menos conocida de la naturaleza femenina. En los hombres, se conoce como el punto P, descubierto a su vez por Paulus Tracio, de donde deviene su apelativo.
Lo claro: Tal pareciera que quien estaba haciendo mal, en Tamaulipas, fuera el gobierno… y no el ‘visible enemigo’. La concurrencia de fuerzas –federación, fuerzas armadas y estado- ha sentado las bases necesarias con la regionalización de su coordinación sectorial de seguridad para hacer presencia en los tres rumbos de la geografía estatal.
La estrategia efectiva de quienes conforman la mesa (Gobernación en conjunto con el gobernador Torre Cantú más el ejército), dará los resultados que cuestionaba Loret de Mola… y otros.
Lo oscuro: “La violencia crea más problemas que los que resuelve…” Martin Luther King.
Todos sabemos, que una ‘marcha’, siempre es orquestada con fines más allá que las pancartas que sostienen en su peregrinar. El “Yo soy 132” llevaba un fin y un patrocinador oculto. Y como todo, tenía un tiempo de existencia. Las de los integrantes de la CNTE es otro caso similar. Siempre habrá trasfondos. Sin embargo, la Carta Magna, -o Constitución Política Mexicana por su nombre- estipula el libre derecho a manifestar sus ideas, de manera individual -o en congregación- sin la amenaza de ser coartada su expresión por autoridad alguna.
También es cierto que la gran mayoría de las veces, los grupos o individuos contratados para encabezar esas manifestaciones llevan agua a su molino e interpretan mal las órdenes, provocando harto caos y delincuencia pandilleril.
Hablamos en concreto de las indicaciones que el ejecutivo en el poder, manifiesta en su ejercicio de gobernanza. No es la actitud del claroscuro, dar opiniones personales. Ni desestimar el esfuerzo en aras del progreso que el mismo gobierno pretende imponer en su ‘gobernabilidad’.
Sin embargo, las muestras de rudeza innecesaria que han presentado, vía planteamientos como lo que se pretendió al coartar la ley de telecomunicaciones, controlando el espectro de las redes sociales –que no prosperó-, da un poco de intranquilidad. La ONU decretó el internet, como un derecho humano.
Está en la mesa, la posibilidad de imponer una nueva bula (conocemos con ése apelativo, a las llamadas ‘bulas papales’, mediante las cuales el Sumo Pontífice decretaba acuerdos inapelables, por voluntad de Dios).
En ésta, el ejecutivo tendría la potestad de sancionar los derechos individuales y por estado de excepción, impedir la reunión de cualquier ‘muchedumbre’ que por vía de la fuerza desee manifestar su sentir en desagravio.
“Fenómeno social violento” sería el apelativo al cual, el veto presidencial tendría derecho emanado de una iniciativa presentada al Congreso (art.29 para el estado de excepción), que le facultaría para de manera subjetiva cambiar la razón de una marcha y encasillarla en una ‘criminalización de la protesta’.
Cuando a juicio personal, considere que existe “invasión, perturbación grave de la paz pública u otro que exponga a la sociedad en grave peligro o conflicto”. Permitirá entonces, la entrada de las fuerzas armadas sin necesidad de otra autorización correspondiente.
No quedan aún muy claros cuáles serían los estados de excepción que facultarían al presidente a sancionar los derechos humanos individuales. Pero ya existen muchas manifestaciones (principalmente de ONG’s) en el sentido de ver menoscabados los principios fundamentales de existencia del ser humano.
No habría necesidad de tal rudeza. No se perciben tampoco en el aire, escenarios de la magnitud de Venezuela, que obligaran al ejecutivo a plantear a su Congreso a que reglamente su omni-poder. ¿Qué sigue?
Colofón: concluyamos en un acuerdo común. Sólo hay dos puntos en los que podemos estar de acuerdo hombres y mujeres. Refiérase al primer párrafo… o contradígame.
@deandaalejandro
alejandrodeanda 